Tuesday, 28 September 2010

ENTREVISTA CON EL PADRE BOUCHACOURT


ENTREVISTA DE LA REVISTA “IESUS CHRISTUS”
AL R. PADRE CHRISTIAN BOUCHACOURT,
SUPERIOR DE DISTRITO DE AMÉRICA DEL SUR

“Iesus Christus”: El 7 de julio ha aparecido finalmente el tan anunciado Motu Proprio que concede a los sacerdotes la libertad de celebrar la Misa tradicional. ¿Cuáles son sus sentimientos frente a la publicación de este documento?

Padre Bouchacourt: Uno no puede dejar de alegrarse al ver que finalmente hoy en día la Misa tridentina recobra derechos de ciudadanía oficial en el seno de la Iglesia. Sin embargo, en sí este documento no era algo necesario. Como dice el Motu Propio con claridad, “esta liturgia jamás ha sido abrogada” (art. 1). Por eso, la Fraternidad San Pío X tuvo razón para continuar celebrando este rito contra viento y marea, empleando el Misal de 1962.

Ahora bien, como de hecho desde 1969 hasta la actualidad las autoridades eclesiásticas actuaron como si el rito de la misa tradicional hubiese sido abrogado, castigando con frecuencia a aquellos sacerdotes que querían celebrarla, nuestra congregación se congratula mucho de que esta libertad sea reconocida de manera oficial.

Es preciso agregar que el documento representa una victoria póstuma de Monseñor Lefebvre y de Monseñor de Castro Mayer, que fueron sancionados por la Iglesia en virtud de su fidelidad a este rito multisecular. Sin estos dos Obispos, la Misa de San Pío V habría ciertamente desaparecido de la faz de la tierra.

Con todo, hay que lamentar la restricción por la cual no se autoriza más que una sola Misa tridentina los domingos y días de fiesta en cada parroquia (art. 5, § 2).

Iesus Christus: ¿En el art. 2 no hay también una restricción para la celebración de la Misa los días del Triduo Sacro?

Padre Bouchacourt: No. En el rito tradicional, el jueves, viernes y sábado santos ningún sacerdote puede celebrar Misa en privado. Los sacerdotes que asisten a los oficios solemnes comulgan de manos del celebrante. En este sentido, el Motu Proprio no cambia la tradición litúrgica. Este documento no impide emplear el Misal de 1962 para las ceremonias del Triduo Sacro.

Iesus Christus: ¿Han habido casos en estos últimos meses en el Distrito de sacerdotes que se hayan acercado a la Fraternidad para aprender la Misa tradicional?

Padre Bouchacourt: Sí, sacerdotes de distintos lugares de América del Sur nos piden que les ayudemos a aprender a rezar la Misa tradicional. Se ponen en contacto con nosotros de manera oculta por temor a sus Obispos. Espero por eso que gracias a este Motu Propio puedan celebrarla sin temores y en completa libertad, como reclama el documento, reportándose así grandes gracias para ellos y para la Iglesia.

Iesus Christus: ¿Estos sacerdotes interesados tienen que venir a sus prioratos para aprender la Misa o se ha provisto de alguna otra manera?

Padre Bouchacourt: Es evidente que el contacto directo con ellos siempre será el medio más fácil de ayudarlos al respecto. Con todo, es claro también que eso es virtualmente imposible para la mayor parte de ellos a vista de las grandes distancias a recorrer y las exigencias del apostolado de cada uno de ellos. Por eso el Distrito de Francia de la Fraternidad tuvo la excelente idea de realizar un DVD para ayudar a estos sacerdotes a aprender la Misa, el cual ha sido editado en varias lenguas, entre ellas, en castellano y portugués. Nosotros lo ofrecemos a los sacerdotes y seminaristas de América del Sur a un precio moderado. A ese DVD le agregamos un CD con fotos y comentarios en audio sobre cada uno de los gestos que el sacerdote debe cumplir para celebrar bien la Misa. Pienso que será muy útil para todos nuestros compañeros sacerdotes interesados en la Misa tradicional.

Iesus Christus: En su carta a los sacerdotes y fieles, Monseñor Fellay manifestó su satisfacción por la concesión de la libertad de la Misa de San Pío V. ¿Cree que puede afirmarse con eso que la crisis que sacude a la Iglesia desde hace décadas está en tren de resolverse?

Padre Bouchacourt: Decía que esta decisión es un paso muy positivo. Hay que subrayar que no autoriza sólo el uso del misal tradicional sino también el Breviario y el Ritual de 1962, lo cual producirá un bien inmenso a las almas. Sin embargo, el camino a transitar para terminar la crisis que ha causado y sigue causando tantos desórdenes en la Iglesia desde hace cincuenta años es todavía largo. En efecto, como el Papa indica en su carta a los Obispos, nuestro combate tiene raíces más profundas. También están los principios doctrinales. Si la Misa recobra derechos de ciudadanía en la Iglesia será preciso también que la Tradición recupere también el mismo derecho de ciudadanía. La doctrina alimenta y sostiene la oración y la liturgia. En 1969 la Misa tridentina fue cambiada porque se la consideraba incompatible con la nueva teología conciliar. Será necesario que con la rehabilitación del rito tridentino también se vuelva a la doctrina que informa este rito. Lex orandi, lex credendi.

Iesus Christus: ¿Podría precisarnos un poco más la idea?

Padre Bouchacourt: ¡Claro! No hay que olvidar que mientras se desarrollaba el Concilio Vaticano II todos los obispos de rito latino que intervenían celebraba todavía el rito de San Pío V. La reforma que nosotros conocemos no se impuso sino en noviembre de 1969. Aquello no obstante, fueron esos mismos obispos quienes en su inmensa mayoría votaron los textos que envenenaron internamente a la Iglesia, tales como los de la libertad religiosa, la colegialidad y el ecumenismo. Será necesario que en el futuro próximo estos textos sean analizados a la luz de la enseñanza multisecular de la Iglesia. Hay que admitir que estos documentos y las reformas que los acompañaron introdujeron en la Iglesia una verdadera ruptura con lo que la Iglesia enseñaba desde hace dos mil años.

Iesus Christus: Con frecuencia se lee en los medios de comunicación que la Fraternidad San Pío X quiere el restablecimiento de la Misa en latín. ¡Con este Motu Propio eso se ha producido!

Padre Bouchacourt: En la reunión de Aparecida de mayo pasado, el Cardenal Castrillón Hoyos afirmó ante todos los Obispos de América Latina allí reunidos que el uso del Misal de 1962 era “una riqueza que se añade a aquella no menos preciosa de la liturgia actual”. Él querría que este Motu Propio sea la ocasión de reconciliar la Iglesia conciliar con la Tradición. En su perspectiva, los tiempos que vivimos no serían más que una continuación de la Tradición viva. ¡Y eso es un error!

Desde hace cincuenta años la Iglesia ha querido reconciliarse con el espíritu del mundo, pero eso es una “unión adúltera” que ha producido frutos bastardos. Monseñor Lefebvre lo denunció en su momento. La Iglesia no es del mundo. Cristo lo dijo a sus Apóstoles antes de la agonía en el Huerto de los Olivos. El mundo no ha dejado de combatir a Cristo y a la Iglesia a lo largo de toda la historia. Querer reconciliarlos entraña una trampa. El mundo debe convertirse a Cristo y no la Iglesia al mundo.

En el contexto de la misa nueva, los nuevos sacramentos, el nuevo catecismo, el nuevo Código de Derecho Canónico, hemos visto cómo se vacían las iglesias y los seminarios y cuánto proliferan las sectas. Según las estadísticas oficiales, en América Latina cada día entre 6000 y 8000 personas abandonan la Iglesia. ¡Es un drama! Esos son los frutos amargos que el Concilio y sus falsos principios, su doctrina revolucionaria y sus reformas han reportado.

La verdadera renovación de la Iglesia no pasa sólo por una restauración litúrgica sino también por una rehabilitación de la doctrina tradicional en su seno. La Fraternidad San Pío X, en el lugar que ocupa, está presta a prestar su apoyo en aras de esa restauración. Nuestro apego a la misa tradicional no es sentimental: es doctrinal. Esto es, se funda en la enseñanza de los Padres y de los Doctores de la Iglesia. En la de los Papas y de los Santos. La Iglesia no empezó a existir hace cincuenta años con el Vaticano II: tiene dos mil años de Tradición. Sus raíces son profundas y no pueden disimularse.

Iesus Christus: ¿No es un poco utópico pretender todo eso?

Padre Bouchacourt: El mundo siempre está apurado y busca resultados inmediatos. Dios trabaja desde la eternidad… Durante miles de años preparó al pueblo en cuyo seno iba a nacer el Verbo encarnado. De idéntica manera, después de salir de Egipto el pueblo de Israel estuvo divagando durante cuarenta años en los desiertos del Sinaí antes de entrar en la tierra prometida. Sólo los hijos de los que huyeron del faraón pudieron entrar. Los otros, incluso Moisés, murieron todos sin hacerlo. Quizás Dios tenga el mismo plan para poner fin a esta crisis que tiene visos de eternizarse. Quizás quiera que todos los han sido actores del último Concilio y sus reformas hayan salido deste mundo. Entonces se habrán calmado las pasiones y la reflexión necesaria podrá tener lugar. Hay que rezar para acelerar la llegada de esta instancia renovadora y hacer penitencia.

Iesus Christus: ¡Eso exige una gran dosis de paciencia! ¿Espera Ud. que en el futuro también se levante la excomunión que pesa sobre los cuatro Obispos consagrados por Monseñor Lefebvre y Monseñor de Castro Mayer?

Padre Bouchacourt: Nosotros nunca admitimos la legitimidad de estas “excomuniones”. Al consagrar obispos en 1988, Monseñor Lefebvre nunca quiso fundar una iglesia paralela como lo hicieron, por ejemplo, los obispos de la iglesia patriótica china en 1949, bajo circunstancias absolutamente diferentes. Nuestro fundador esperó hasta tener 83 años para realizarlas porque hasta ahí no había ningún Obispo que fuese a ordenar a sus seminaristas, administrar los sacramentos tradicionales y enseñar la doctrina perenne de la Iglesia.

Como él mismo lo dijo, fue un “operación supervivencia de la Tradición”. Y la historia le dio la razón. Por eso es cuestión de honor filial: queremos que nuestro fundador y los cuatro obispos consagrados para salvar el sacerdocio católico, la Misa y la Tradición sean limpiados de esta infame condenación que, es verdad, aunque es nula, sin embargo es esgrimida como arma por muchos Obispos para disuadir a los fieles de frecuentar nuestras capillas y prioratos. Sin esa medida nos será más difícil confiar en las buenas intenciones que Roma dice tener para con nosotros. Esperemos, pues, que esta medida siga la promulgación del Motu Propio. Entonces, como dice nuestro Superior General, puede haber espacio para “discusiones teológicas”.

Iesus Christus: ¿Guarda esperanzas de que un día se normalice la situación entre la Fraternidad y Roma?

Padre Bouchacourt: La esperanza católica, fundada en Dios y en su auxilio, es lo que resta cuando no ha lugar a la esperanza humana. Estoy animado de una gran esperanza porque la Iglesia Católica es divina por su origen y por la asistencia que Cristo, su fundados, le prometió hasta el fin de los tiempos.

Esta normalización, como dice su pregunta, requerirá de tiempo, y quizás de mucho. Pero no importa. La Fraternidad San Pío X no trabaja por ella sino por la Iglesia Católica. El día que la Tradición recobre sus derechos dejará de existir el “problema” de la Fraternidad. Ese día llegará, estoy convencido. Dios se ha reservado el “cuándo”…

Iesus Christus: Habiendo sido publicado el Motu Proprio, ¿de ahora en más qué?

Padre Bouchacourt: Invito a todos los lectores a que aprovechen esta luz de esperanza que nos da el Motu Propio para leer las encíclicas de los Papas anteriores al Vaticano II, tales como “Pascendi Dominici gregis” de San Pío X, escrita hace exactamente un siglo. En estos y otros documentos se encontrarán las respuestas a los errores que pululan en la Iglesia y los motivos fundados para volver a la Tradición, tal como pide la Fraternidad desde hace treinta y cinco años. Hay que fijar los ojos en Nuestra Señora de Fátima, de cuyas apariciones se festejan justamente también noventa años, y pedirle que sostenga los esfuerzos del Papa y le ayude a tomar resueltamente las decisiones necesarias y que nos conduzcan al triunfo de su Corazón Inmaculado.

Como bien dice Monseñor Fellay en la carta a los sacerdotes y a los fieles, la Cruzada del Rosario organizada por la Fraternidad San Pío X después del último Capítulo General pidiendo la liberalización de la Misa tradicional ha tocado manifiestamente el Corazón de la Virgen María y nos ha concedido este Motu Proprio. Revigoricemos nuestro ardor en rezar diariamente el rosario en aras de la completa restauración de la Tradición en la Iglesia. Me viene a la mente aquel pedido de la Virgen María en sus apariciones de Pontmain en Francia en 1870: “Rezad, hijos míos, mi Hijo no tarda en dejarse conmover”.



1 comment:

  1. This Fr. Bouchacourt is very interesting. I first saw him on youtube celebrating the Tridentine Mass, in the Parish of St. Nicholas of Chardonnet, Paris. I was looking everywhere for his name and finally found it, which lead me to this interview. Thanks for the post,

    Thomas.

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