Thursday, 14 April 2011

JUAN FERNANDEZ KROHN: CUBA Y LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II


                            El cubano Armando Valladares contra la turbo/beatificación de Wojtyla

13.04.11 | 00:42. Archivado en Misterios y enigmas del Papa polaco, Canonización de Wojtyla (recogiendo el guante del desafío)
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Una voz se alza de repente ante los preparativos de la turbo/beatificacion de Juan Pablo (II) desde un cuadrante que algunos el que menos se esperaban, y me refiero al del exilio cubano. Cuba y España, España y Cuba, aparte de mi ese cáliz.

Y me permito hablar en esos términos porque si para muchísimos españoles que llevan a Cuba bien dentro se puede decir que sea ése el caso, en lo que personalmente me atañe pienso que lo sea por partida doble. Por español y también por descendiente de españoles de Cuba, como aquí ya lo habré comentado.

Días pasados -como ya lo conté también aquí- fui objeto de registro domiciliario e interrogatorio y test grafológicos a seguir en las dependencias de la policía de Bruselas -antes de ser puesto en libertad sin cargos unas horas mas tarde-, en relación con una serie de misivas amenazantes contra la reina Fabiola que se vienen recibiendo desde hace dos años en la redacción de un diario francófono de la capital belga.

Para facilitarles la tarea les puse en mano de inmediato una máquina de fotos que les pasaba desapercibida en su registro. Y tras haberla examinado con otros varios de mis enseres personales me la acabaron devolviendo escrupulosamente no sin darme a entender que les causaba cierta sorpresa una de las pocas fotos que guardaba aquella, y era la que recogía una escena de antepasados míos entre ellos mi bisabuela materna (madre de mi abuela materna) Julia Hernández, fotografiados en la cubierta del barco que les devolvía a la madre/patria tras el desastre del 98, y que ya habré comentado en estas entradas. Y era sin duda por el halo de solemnidad y de prestancia de ese testimonio gráfico que no dejaba de reflejar por todos sus ángulos una tragica atmósfera de guerra (y de derrota)

Desciendo de españoles (ilustres) de Cuba, es cierto, y sin duda sea lo que explique en el fondo lo atípico y fuera (un poco) de lo común del interés que me mereció siempre todo lo que de cerca o de lejos se relacionaba con la antigua isla española del Caribe, y también sin duda del anticastrismo (anti-comunista) tenaz y recalcitrante que habrá sido el mío desde niño, desde los tiempos que siguieron de inmediato a la revolución cubana con ocasión sobre todo de la crisis de los misiles y el desembarco anti-castrista (fallido) de playa Girón y Bahía de los Cochinos como también lo habré evocado en más de una ocasión en estas entradas.

Y tal vez sea por eso (en el fondo) también que el exilio cubano no dejase nunca de plantearme serios interrogantes. Entre los que conocí de cerca España como entre otros que merecieron la atención de los medios en algún momento dado durante todos estos años de régimen castrista o vía internet en foros de opinión de los mas diversos.

De Armando Valladares que ahora levanta la voz de un tono profetico, de denuncia, contra la beatificación de Juan Pablo II, sé mas o menos lo que habré leído en los medios de pascuas a ramos, y en particular los años de mi encarcelamiento en Portugal que coincidieron con los de su liberación y nombramiento de embajador de ls Estados Unidos en la ONU (durante la era Reagan) Y me quedo la imagen de él de un perseguido del régimen de Castro. Con toda la gloria y la nube de interrogantes sin duda que arrastran consigo todos (o casi todos) los perseguidos.

Armando Valladares lanza ahora una requisitoria implacable contra la beatificación de Juan Pablo II a base de uno de los cargos inéditos "grosso modo" en la lista (imaginaria) de acusaciones de un abogado del diablo del que la turbobeatificación del papa Juan Pablo II habrá extrañamente carecido por las razones y motivos que sean.

Y es el de la connivencia de aquel pontífice, sutil, y profunda a la vez -en una vertiente doctrinal e ideológica y no meramente diplomática- con una versión depurada de país comunista como lo fue y lo sigue siendo la Cuba con Fidel Castro.

Y particularmente incisivo en su denuncia lo sea sin duda su evocación de los centenares de jóvenes cubanos que murieron en el paredón fusilados por los esbirros del régimen en los incios de la revolución al grito de ¡Viva Cristo Rey!

Y sin duda es ése un pliego de acusación que hice mio de antiguo -con ocasión de mi gesto de Fátima- como aquí todos ya saben pero que en la medida que atañe principalmente a las relaciones del papa polaco -desde sus tiempos incluso de obispo y cardenal y antes, de simple presbítero- con las mandamases comunistas de su Polonia natal tras el 45, se puede decir que caería fatalmente en saco roto por culpa en parte de la mitología "sui generis" -del nacionalismo polaco- tan arraigada entre los habitantes de aquel país, que haría posible ese fenómeno tan singular de simbiosis ideológica (y espiritual) entre catolicismo y marxismo (estaliniano) sin parangón ni precedente en otros países (católicos o sin serlo)

En el caso de Cuba en cambio sería el turno del papa polaco de predicar en el desierto entre una parcela considerable de la sociedad cubana, de dentro y fuera de la isla, de entre los cubanos al interior del régimen castrista como entre la la diáspora, que no comprendieron hasta hoy ni esa especie de aldabonazo además del balón de oxígeno que su visita papal del 98 vendría a proporcionar al régimen castrista ni, mas de diez años antes, la falta de empatía y de comprensión de la que dio muestra para con el exilio cubano con ocasión de su visita a Miami en uno de sus primeros viajes pontificios.

Como volverían a experimentarlo del principio al fin del caso Elián (de noviembre del 99 a abril del 2000), casi dos años después de su visita a la Habana cuando tanto el pontífice como la iglesia cubana -en su cúpula directiva- pondrían toda la carne en asador en favor de la postura del régimen de Castro en el tema.

Ambigüedad demoledora, escandalosa del pontífice Wojtyla en relación con el comunismo como sistema e ideología por un lado; y plaga de escándalos en materia de pedofilia (eclesiástica) por el otro ¿Ninguna lazo de causalidad o de relación más o menos estrecha entre uno y otro fenómeno?

Todos los indicios apuntan desde luego en la dirección contraria. Y es en la medida que tanto el uno como el otro capitulo de la historia del pontificado anterior vienen a invalidar en alguna manera la mitología creada en torno al papa polaco y a su papel y protagonismo (presuntos) en el derrumbe del comunismo (soviético) y en la caída del Muro; y también la actitud profética y de denuncia que se le viene obstinadamente prestando entre los principales apologistas y celadores de su memoria.

Hasta el punto que se puede establecer sin pena una especie de axioma o paralelismo no cabe más estrecho entre el encubrimiento del que daría tanta muestra Juan Pablo II en relación con el escandalo de la pedofilia eclesiástica y con algunos de los casos de los mas sonados de entre todos ellos, y el velo de encubrimiento (y disimulo) del que se vería igualmente rodeada su trayectoria biográfica en lo que se refiere a su actitud -a título personal o en el desempeño de sus sucesivos cargos eclesiásticos- en relación con el régimen comunista en Polonia o con bloque de países del Este, y en definitiva con el fenómeno -desde un punto de vista doctrinal o ideológicamente considerado- del comunismo marxista.

¿Ejemplo inmarcesible de denuncia profética (anti-marxista) el papa Wojtyla? De encubrimiento flagrante al contrario, como lo prueba e ilustra la actitud análoga que seria lo suya en relación con la plaga (bíblica) de la pederastia eclesiástica incubada largo tiempo y que saltaría (clamorosamente a la luz) en la fase final de su pontificado.

¿El Opus Dei al rescate de la reputación en entredicho del papa camino de los altares? Primero fue el caso del nuncio Mullor -cercano al Opus- que aquí ya examiné en todo rigor. Ahora salta a la palestra otro ilustre/eclesiástico con etiqueta de la Obra -español de nacimiento- revestido de funciones docentes en intituciones emblemáticas de enseñanza confesional (católica) del otro lado del charco, saliendo así al quite del pontífice anterior en el tema de los escándalos.

Con una argumentación rayana -por lo simple- en lo peregrino y lo escandaloso. Los actos de pederastia -viene a decir este eclesiástico (como el ex-nuncio Mullor)- son pecados (sic) y como tal están cubiertos por el secreto de confesión ("verbi gratia por el silencio pontificio)

Lo que no hace mas que corroborarme veinticinco años después en mi gesto...y en mi grito -profético- de Fátima. "Si ellos callan -una frase del evangelio que gustaba particularmente al papa polaco- gritarán hasta las piedras"

Lo que está empezando a suceder ahora, a expensas de su memoria.