Wednesday, 9 February 2011

NAZIS: HOMOSEXUALS AND ANTICHRISTIANS?


Were Nazis a homosexual, pagan cult?

That's the conclusion of updated classic 'The Pink Swastika'

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Posted: January 04, 2011
9:14 pm Eastern

© 2011 WorldNetDaily

WASHINGTON – It's a book that has been shunned from libraries.

It's a book that is disturbing, compelling and persuasive on its major point – that homosexuals dominated the German Nazi Party from its birth through its catastrophic demise.

It's a book that is vilified by America's "gay" activist establishment.

But it's also a highly footnoted, meticulously documented book whose primary sources include the best historical work on the rise and fall of the Third Reich.

"The Pink Swastika: Homosexuality in the Nazi Party" by Scott Lively and Kevin Abrams challenges the notion that homosexuals were victimized during the Holocaust in ways comparable to the Jews. But it does much more than that. It also makes the case that the Nazi Party is best understood as a neo-pagan, homosexual cult.

From the party's founding in a homosexual bar, "The Pink Swastika" introduces the reader to all the household names of Nazism – from Goebbels to Goering and Himmler to Hess – and their secrets of sexual perversion, one of the driving forces of their genocidal sadism.

"This is a deeply disturbing book," said Joseph Farah, editor and chief executive officer of WND, who recently added a new 4th edition of the book to the WND Superstore. "Perhaps not until very recently, with the mandating of open homosexuality in the military and the widespread promotion of same-sex marriage, could Americans have been expected to see the relevance of this remarkable work to their own society. We say, 'never again.' But do we mean it? Do we even understand what actually happened? I didn't – until I read this book."

"The Pink Swastika" also offers revealing quotations from Nazi leaders themselves that explain their religious bent, putting to the lie the notion that Hitler and his coterie had anything but contempt for Christianity.

It seems the Nazis sought first to destroy the Jews, but Christianity was next on the agenda.

The real target of the homosexual pagan cult of Nazism was Judeo-Christian morality, the book finds.

A widely circulated German publication, "Defilement of Race," laid out the plan:

"Through the German soul and through unadulterated German blood, the world will be able to return to a state of health, but only after it has been freed from the curse of Judaism and of Christianity. … The mission of German nationality in the world is to free this world of Jews and Christians. … It is the very essence of Christianity … for all people to become 'united in brotherhood.' To achieve this, all barriers of race must fall. The maintenance of such barriers means the preservation of national individuality, which is essentially irreconcilable with the Christian aim of universal brotherhood. … Because this disintegration of racial culture has been consciously and systematically pursued by Christianity, and is still being pursued today, it is race defilement."

Dietrich Hutton, the author of that screed, explained Nazis saw Judaism as the source of the wider problem that involved all the world's Christians, too.

"The way in which Christianity is directed in the interests of world Jewry and its attitude toward Judaism is traceable to the undeniable fact that the founders and proclaimers of the teachings of Jesus of Nazareth were full-blooded Jews," he wrote. "It cannot therefore be coincidence, or negligence or ignorance that consciously makes Christians … deviate from the fundamental tenets of conservating nationality and cultivating race. The reason for this is to defile non-Jewish races, weaken and destroy them so that Judaism, as the 'chosen people,' can … [erect] a world sovereignty on the ruins of the non-Jewish races, which Christianity has destroyed."

"You will never look at Nazism or homosexuality the same way again after reading 'The Pink Swastika,'" concludes Farah.

Already, only a few days after introducing this new edition of the book into the WND Superstore, Farah says homosexual bloggers and commentators have taken notice and "are pulling out the long knives of invective and abuse."

"They say this book has been discredited," Farah says. "But I've read the book and I've read all the criticism. The book more than stands up to all the attacks I've seen, most of which are completely baseless."

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A VIDA DE S. JOSÉ CUPERTINO NO CINEMA

The Reluctant Saint. La vida de San José de Cupertino. Patron de los estudiantes. San José de Cupertino, nacido en Italia en el siglo XVII, es "El hombre que no quería ser santo". Interpretado por Maximilian Schell, que hizo aquí el mejor papel de su vida. Curiosamente esta película ha pasado bastante desaparcibida a los cinéfilos y raramente la halla uno en alguna relación de películas sorprendentes o meritorias.


    TITULO ORIGINAL The Reluctant Saint AÑO 1962
    DURACIÓN 105 min. DIRECTOR Edward Dmytryk
GUIÓN John Fante & Joseph Petracca
REPARTO Maximilian Schell, Ricardo Montalbán, Lea Padovani, Akim Tamiroff, Harold Goldblatt, Arnoldo Foa GÉNERO Y CRÍTICA Drama. Comedia PAIS: USA.

Es un film sensacional y emocionante, porque cuenta la vida de un hombre extraordinario y singular; tanto sus familiares, como sus vecinos, como los franciscanos de los conventos en los que intentó vivir religiosamente, lo trataron como a un "inútil" en el pleno sentido de la palabra, porque lo rompía todo, porque se quedaba extasiado con la boca abierta, porque parecía lelo y atontado, porque no lograba aprender de los libros nada más que una sola frase. En tales circunstancias, le asignaban los peores oficios, lo desconsideraban y maltraban por todos lados; pero estando sufriendo esta vida, empezó a levitar sin pretenderlo, se ponía a orar de rodillas y sin darse cuenta se elevaba varios metros del suelo en pleno extasis, causando auténticos sobresaltos entre quienes presenciaban este fenómeno contrario a las leyes de la gravedad; también suscitó envidias y acusaciones de andar endiablado entre los compañeros franciscanos, quienes no podían comprender como un hombre tan "inútil y donnadie" podía ser espiritual o tener sintonía con Dios. Pero esta es la gran lección de la vida de San José de Cupertino: lo que el mundo desprecia, resulta que lo INEFABLE o DIOS, lo eleva, lo elige y lo hace destacar como suyo por excelencia.

Una película inaudinata, fuera de lo común, prácticamente desconocida, que no le dejará indiferente; es más, que puede incluso influenciar religiosa y transformadoramente en la vida de quien la contemple con atención. ¡Si aún no la ha visto, advertido queda !

SAN JOSÉ DE CUPERTINO (O COPERTINO)

18 de Septiembre

Fraile franciscano, Patrón de los estudiantes

"La obediencia es como un cuchillo por el cual se mata la voluntad del hombre y se le ofrece a Dios. Hace que el hombre se vaya conformando con el cielo".

José nació el 17 de junio de 1603 en el pequeño pueblo italiano llamado Cupertino (Lecce). Sus padres eran muy pobres. El niño vino al mundo en un pobre cobertizo pegado a la casa, porque el papá, un humilde carpintero, no había podido pagar las cuotas que debía de su casa y se la habían embargado.

A los 17 años pidió ser admitido a la orden franciscana pero no fue aceptado. Pidió que lo recibieran en los capuchinos y fue aceptado como hermano lego, pero después de ocho meses fue expulsado porque era en extremo distraído. Dejaba caer los platos cuando los llevaba para el comedor. Se le olvidaban los oficios que le habían asignado. Parecía que estaba siempre pensando en otras cosas. Por no cumplir bien con sus deberes tuvo que dejar el convento.

Al verse desechado, José buscó refugio en casa de un familiar suyo que era rico, quien declaró que este joven "no era bueno para nada", y lo echó a la calle. Se vio entonces obligado a volver a la miseria y al desprecio de su casa. La mamá le rogó insistentemente a un pariente que era franciscano, para que le recibieran al muchacho como mandadero en el convento de los frailes.

Conversión

Sucedió entonces, que en José se obró un cambio que nadie había imaginado. Lo recibieron los frailes como obrero y lo pusieron a trabajar en el establo y empezó a desempeñarse con notable destreza en todos los oficios que le encomendaban. Pronto con su humildad y su amabilidad, con su espíritu de penitencia y su amor por la oración, se fue ganando la estimación y el aprecio de los religiosos, y en 1625, por votación unánime de todos los frailes de esa comunidad, fue admitido como religioso franciscano.

Dificultad en los estudios.

Lo pusieron a estudiar para prepararse al sacerdocio, pero le sucedía que cuando iba a presentar exámenes se trababa todo y no era capaz de responder. Llegó uno de los exámenes finales y el pobre Fray José la única frase del evangelio que era capaz de explicar completamente bien era aquella que dice: "Bendito el fruto de tu vientre Jesús". Estaba asustadísimo, pero al empezar el examen, el jefe de los examinadores dijo: "Voy a abrir el evangelio, y la primera frase que salga, esa será la que tiene que explicar". Y salió precisamente la única frase que Fray Cupertino se sabía perfectamente: "Bendito sea el fruto de tu vientre ".

Llegó al fin el examen definitivo en el cual se decidía quiénes serían ordenados. Y los primeros diez que examinó el obispo respondieron tan maravillosamente bien todas las preguntas, que el obispo suspendió el examen diciendo: "¿Para qué seguir examinando a los demás si todos se encuentran tan formidablemente preparados?". José, que era el próximo en turno y estaba atemorizado, se libró de tener que pasar el examen.

Es por eso que nuestro santo es el patrón de los estudiantes, especialmente de los que, como él, encuentran dificultades en sus estudios. El santo se complace en ayudarles. En su santuario en Osimo sigue creciendo la documentación que testifica su intercesión.

Sacerdote de oración y penitencia

Fue ordenado sacerdote el 18 de marzo de 1628 y se dedicó a tratar de ganar almas por medio de la oración y de la penitencia. Sabía que no tenía cualidades especiales para predicar ni para enseñar, pero entonces suplía estas deficiencias ofreciendo grandes penitencias y muchas oraciones por los pecadores. Jamás comía carne ni bebía ninguna clase de licor. Ayunaba a pan y agua muchos días. Se dedicaba con gran esfuerzo, consagrado a los trabajos manuales del convento (que era para lo único que se sentía capacitado).

Éxtasis y milagros

Sus éxtasis, curaciones milagrosas y sucesos sobrenaturales eran tan frecuentes que no se conocen en semejante cantidad en ningún otro santo.

Levitación. Se conoce de mas de 200 santos que experimentaron levitación. Este don extraordinario consiste en la elevación del cuerpo humano sin la participación de ninguna fuerza física. Se ha considerado como un regalo que Dios hace a ciertas almas muy espirituales. San José de Cupertino tuvo numerosísimas levitaciones, es decir volaba por los aires.

Un domingo, fiesta del Buen Pastor, se encontró un corderito, lo echó al hombro, y al pensar en Jesús Buen Pastor, se fue elevando por los aires. Quedaba en éxtasis con mucha frecuencia durante la santa Misa, o cuando rezaba los Salmos. Durante los 17 años que estuvo en el convento de Grotella, sus compañeros de comunidad lo observaron 70 veces en éxtasis. El más famoso sucedió cuando diez obreros deseaban llevar una pesada cruz a una alta montaña y no lo lograban. Entonces Fray José se elevó por los aires con la cruz y la llevó hasta la cima del monte.

Cuando estaba en éxtasis lo pinchaban con agujas, le daban golpes con palos, y hasta le acercaban a sus dedos velas encendidas y no sentía nada. Lo único que lo hacía volver en sí, era oír la voz de su superior que lo llamaba a que fuera a cumplir con sus deberes. Cuando regresaba de sus éxtasis pedía perdón a sus compañeros diciéndoles: "Excúsenme por estos ataques de mareos que me dan".

Los animales sentían por él un especial cariño. Pasando por un campo, se ponía a rezar y las ovejas se iban reuniendo a su alrededor y escuchaban muy atentas sus oraciones. Las golondrinas en grandes bandadas volaban alrededor de su cabeza y lo acompañaban por cuadras y cuadras.

Como estos sucesos tan raros podían producir verdaderos movimientos de exagerado fervor entre el pueblo, los superiores le prohibieron celebrar misa en público, ir a rezar en comunidad con los demás religiosos, asistir al comedor cuando estaban los otros allí, y concurrir a las procesiones u otras reuniones públicas de devoción.

Un día llegó el embajador de España con la esposa y mandaron llamar a Fray José para hacerle una consulta espiritual. Este llegó corriendo. Pero cuando ya iba a empezar a hablar con ellos, vio un cuadro de la Virgen que estaba en lo más alto del edificio, y dando su típico pequeño grito, se fue elevando por el aire hasta quedar frente al rostro de la sagrada imagen. El embajador y su esposa contemplaban emocionados semejante suceso que jamás habían visto. El santo rezó unos momentos. Luego descendió suavemente al suelo, y como avergonzado, subió corriendo a su habitación, y ya no bajó más en ese día.

En Osimo, donde el santo pasó sus últimos seis años, un día los demás religiosos lo vieron elevarse hasta una estatua de la Virgen María que estaba a tres metros y medio de altura, y darle un beso al Niño Jesús, y allí junto a la Madre y al Niño se quedó un buen rato rezando con intensa emoción, suspendido por los aires.

El día de la Asunción de la Virgen en el año 1663, un mes antes de su muerte, celebró su última misa. Y estando celebrando quedó suspendido por los aires como si estuviera con el mismo Dios en el cielo. Muchos testigos presenciaron este suceso.

Muchos enemigos empezaron a decir que todo esto eran meros inventos y lo acusaban de engañador. Fue enviado al Superior General de los Franciscanos en Roma y este al darse cuenta que era tan piadoso y tan humilde, reconoció que no estaba fingiendo nada. Lo llevaron luego donde el Sumo Pontífice Urbano VIII el cual deseaba saber si era cierto o no lo que le contaban de los éxtasis y de las levitaciones del frailecito. Y estando hablando con el Papa, quedó José en éxtasis y se fue elevando por el aire.

El Duque de Hanover, que era protestante, al ver a José en éxtasis, se convirtió al catolicismo.

En la vida de San José de Cupertino podemos ver cantidad de dones con los que el Señor adornó su humilde y piadosa alma. Es un santo en el que Dios derramó tanta abundancia de dones sobrenaturales que son incontables.

Fue elegido por sus Superiores a exorcizar demonios, lo cual el se consideraba indigno de hacer, y utilizaba esta frase: "Sal de esta persona si lo deseas, pero no lo hagas por mi, sino por la obediencia que le debo a mis superiores". Y los demonios salían.

También tenía el don de leer los Corazones, era buen confesor y cuando un alma se acercaba a confesarse el se podía dar cuenta de lo que a esta alma le atormentaba.

El don de Bilocación, (estar en dos lugares al mismo tiempo). Cuando su madre estaba muriendo en el pequeño pueblo de Cupertino, José se encontraba en Asís y percibió la necesidad de su madre. Una gran luz entró por el cuarto de la señora, era San José de Cupertino que había llegado. Su madre al verlo exclamó !oh Padre José, oh mi hijo!, y murió instantáneamente. Cuando sus superiores le preguntaron por qué estaba llorando tan amargamente, el contestó porque su madre acababa de morir. Hay muchos que atestiguan que el Padre José asistió a su madre en Copertino.

Multiplicaba panes, miel, vino, y cualquier comida que se le ponía en frente.

El don de Sanación Le recobró la vista aun ciego al ponerle su capa sobre la cabeza. Los mancos y cojos eran sanados al besar ellos el crucifijo que él ponía delante de ellos. Hubo una plaga de fiebre muy alta y los enfermos eran curados al hacerle la señal de la Cruz sobre su frente, bajándole la fiebre hasta la temperatura normal. Con la señal de la cruz, resucitaba muertos.

Tuvo el don de profecía, predijo el día y la hora de la muerte de los Papas Urbano VIII e Inocencio X. Predijo el ascenso al trono de Juan Casimir.

Tuvo también el don de tocar corazones hacia la conversión. El más conocido ejemplo fue el de el Príncipe John Federick, un luterano, que a los 25 años de edad fue a Asís con dos escoltas, uno católico y otro protestante. Entraron a la iglesia donde el Padre José celebraba la santa misa y, a la hora de la consagración, cuando el padre quiso partir la hostia; esta estaba tan dura como una piedra y tuvo que devolverla a la patena. El Padre José comenzó a llorar de dolor y a levitar a unos tres pies de altura. Cuando regresó al altar trató otra vez de partir la hostia y, haciendo gran esfuerzo lo logró.

Más tarde cuando los superiores le preguntaron por qué había demorado tanto para partirla, él respondió: "Mis queridos hermanos, la gente que asistió hoy a misa tienen el corazón demasiado duro, por eso el Cordero de Dios se endureció en mis manos y no podía yo partir la Hostia Consagrada."

Al día siguiente regresó el príncipe con los dos hombres a la misa y, cuando el Padre José elevó la Hostia, la cruz de la Sagrada Hostia cambió a negra. Causándole gran dolor y llorando empezó a levitar junto con la Sagrada Hostia por 15 minutos. El milagro del Padre José levitando con la Hostia en alto conmovió el corazón del príncipe a convertirse a la Fe Católica, igual que sus acompañantes.

El Padre José nunca aceptó ningún mérito por sus milagros, siempre se los acreditaba a su Madre María, a la cual siempre tuvo una gran devoción.

El Papa Bendicto XIV que era rigurosísimo al aceptar milagros, estudió cuidadosamente la vida de José de Copertino y declaró: "todos estos hechos no se pueden explicar sin una intervención muy especial de Dios".

Nadie se hace santo por tener dones sino por entregarlos amorosamente al servicio de Dios. Veamos pues la virtud de San José de Cupertino

La humildad del Padre José era constantemente probada. Un día un hombre arrogante le dijo: "Impío, hipócrita, no por ti, pero por el hábito de religioso que llevas tengo que respetarte. Yo creería en todo lo que haces si con la señal de la cruz sobre mi yaga me sanas". El contestó: "Todo lo que has dicho de mi es completamente cierto y haciendo la señal de la Cruz sobre las llagas quedaron sanadas totalmente."

Ejercitó totalmente el abandono y la obediencia, veía en la voz del superior, la voz del Señor y gozosamente obedecía. Por medio de su obediencia le entregaba a Dios no solamente su hábitos sino también su carne y deseos. Decía: "La obediencia es como un cuchillo por el cual se mata la voluntad del hombre y se le ofrece a Dios. Hace que el hombre se valla confortando con el cielo."

Los últimos años de su vida, José fue enviado por sus superiores a conventos muy alejados donde nadie pudiera hablar con él. Estuvo en Nápoles, Asís, donde vive en el Sacro Convento por 14 años, en Petrarubbia y Fossombrone. Finalmente llega al convento de San Francisco en Osimo. La gente descubría dónde estaba y allá corrían. El sufrió meses de aridez y sequedad espiritual (como Jesús en Getsemaní) pero después a base de mucha oración y de continua meditación, retornaba otra vez a la paz de su alma. A los que le consultaban problemas espirituales les daba siempre un remedio:"Rezar, no cansarse nunca de rezar. Que Dios no es sordo ni el cielo es de bronce. Todo el que le pide recibe".

José de Cupertino murió el 18 de septiembre de 1663 a la edad de 60 años.

Fue beatificado en 1753 por Benedicto XIV, y canonizado en el 1767 por Clemente XIII.


DAN BROWN AINDA NÃO SABE DISTO: SATANISMO NO VATICANO

Malachi Martin e o satanismo no Vaticano.

com 11 comentários



Caros amigos, ontem o jornal Libero relançou uma informação publicada em um livro de dois autores ingleses, Stephen Klimczuk e Gerald Warner di Craigenmaddie, intitulado Guia dos lugares mais secretos do mundo, que, por sua vez, repropõe uma antiga tese presente no romance do ex-jesuíta Malachi Martin, Windswept House (“A casa varrida pelos ventos”), publicado em 1996 e nunca traduzido para o italiano. A tese de Martin, segundo a qual um rito satânico teria sido celebrado na Capela Paulina do Vaticano, já havia sido retomada e aprofundada no último mês de maio pelo blog Fides et Forma, de Francesco Colafemmina:

“De acordo com o romance, em 29 de junho de 1963, no Vaticano, mais precisamente na Capela Paulina, foi oficiado um ritual satânico com a participação de altos prelados, bispos, simples clero e leigos. Segundo Martin, tratava-se de cumprir uma profecia do satanismo moderno, que anunciava o início da era de Satanás no momento em que um Papa tomasse o nome de Paulo. O último Papa Paulo foi Camillo Borghese, que morreu em 1621. Em 21 de junho de 1963, por sua vez, o Cardeal Montini foi eleito Papa, tomando o nome de Paulo VI. Martin relata então que esse ritual satânico foi organizado no Vaticano na noite entre 28 e 29 de junho de 1963, uma semana após a eleição de Paulo VI, a fim de entronizar Satanás no coração da Cristandade”.

“Os satanistas – escreve ainda Colafemmina – não puderam, no entanto, organizar um ritual completo: como poderiam trazer a vítima e o animal sacrifical ao Palácio Apostólico? Decidiram, então, combinar dois ritos a serem realizados ao mesmo tempo. Um, incruento, no Vaticano, na capela Paulina; e outro, cruento, a ser realizado nos EUA. Os rituais ocorreriam simultaneamente e iriam ser sincronizados através de um telefone. Quem o celebrou no Vaticano? Martin não diz. Fala apenas de prelados, sacerdotes e leigos. Quanto ao ritual paralelo ele é mais claro e conta que aconteceu em uma igreja paroquial, na Carolina do Sul, e o celebrou um tal “Dom Leo”. Um nome assim não deve ser casual. E, de fato, na diocese da Carolina do Sul encontramos, em 1964, o bispo Ernst Leo Unterkoefler”.

De acordo com o que se lê no romance de Martin, o ritual foi realizado na Carolina do Sul através de violência sexual contra uma criança, primeiramente drogada e depois abusada. Em vez disso, na Capela Paulina foi oficiado o ritual principal incruento, finalizado com a leitura de uma espécie de “consagração” do Vaticano a Satanás. Martin, que era secretário do Cardeal Bea, teria conhecido o conteúdo do Terceiro Segredo de Fátima e no romance, publicado pouco antes de sua morte e de toda forma antes de explodir o escândalo de pedofilia, fala dos abusos sexuais cometidos por expoentes do clero contra menores.

Na origem do ressurgimento desse obscuro e sinceramente inacreditável acontecimento, que tem todas as características do pior Dan Brown, está um episódio recente: um rito celebrado por Bento XVI em junho de 2010, ao fim da restauração da mesma Capela Paulina, que, como Colafemmina escreveu em Maio passado, teria sido reconsagrada pelo próprio Papa por causa do ritual satânico que nela teria sido celebrado. Em 1972 Paulo VI (e, portanto, nove anos depois da suposta celebração perversa) falou da “fumaça de Satanás” dentro do templo de Deus, e é verdade que uma sugestão similar foi feita também pelo exorcista Padre Gabriele Amorth (mesmo que para mim ele tenha dito que a sua palavra a respeito tenha sido demasiadamente enfatizada).

O que de fato aconteceu? Podemos realmente imaginar que na Capela Paulina, no início do reinado de Paulo VI, importantes prelados tenham cometido o repugnante sacrilégio descrito por Malachi Martin? A prova do evento obscuro e sacrílego seria a reconsagração realizada pelo Papa Ratzinger. Após a publicação do artigo de Colafemmina em maio do ano passado, procurei a confirmação do círculo papal e recebi, pelo contrário, somente desmentidos pontuais.

Neste momento me encontro no Vaticano e ontem tive uma conversa com uma pessoa próxima ao Papa, que desmentiu novamente que Bento XVI tenha reconsagrado a Capela Paulina. Houve sim, disse-me ele, um serviço para a retomada da celebração do culto após os restauros e a instalação de um novo altar, mas não uma nova consagração. Fiz, pessoalmente, perguntas explícitas a respeito e esta foi a resposta, que lhes relato. Claro, eu poderia esperar um desmentido frio da parte da própria Sala de Imprensa a esse respeito, justamente por conta da enormidade noticiada pelo Libero e da circulação que a notícia teve.

Há, de toda forma, uma outra razão que me faz duvidar sobre os fundamentos do episódio descrito por Martin em sua reconstrução romanceada. Por que Paulo VI — que acreditava, e muito, na existência de Satanás — não reconsagrou imediatamente a Capela Paulina logo que viesse a conhecer o suposto rito satânico? Por que teria ele esperado, deixando escrito ao seu sucessor o que havia acontecido? E por que o seu segundo sucessor, João Paulo II, não teria feito, ao longo dos 27 anos de pontificado, ele que havia realizado exorcismos no Vaticano e que também falava muito freqüentemente da presença do diabo? Em suma, a história do rito satânico me parece ter todas as características de fábula…




11 Respostas





Marcus Moreira Lassance Pimenta

fevereiro 8, 2011 em 8:22 pm
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Marcus Moreira Lassance Pimenta

fevereiro 8, 2011 em 8:28 pm

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Eu acredito que o satanismo foi sim introduzido dentro do vaticano , lí uma vez que um dos rituais deles era justamente abusar sexualmente de “meninos” para dessa forma ofender com mais força a Jesus que foi menino.

Ora, os maçõns também adoram a lúcifer enquanto outra vertente é satanista e será que ainda existe quem duvida que os ideais maçõns não triunfaram no Concilio Vaticano II . Se muitos Bispos foram maçõns logo tinham aliança com o maligno, se ta na chuva é pra se molhar.

Abaixo vai uma lista de muitos Cardeais que foram iniciados em lojas maçonicas


Christiano

fevereiro 8, 2011 em 9:01 pm

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Gostaria muito de acreditar nesses desmentidos do Vaticano, porém..Se foram capazes de esconder o Terceiro Segredo de Fátima dos católicos, imagine outras coisas gravemente equivalentes.

——x——

Ferreti,

Tenho uma curiosidade: A foto acima mostra a real Capela Sisitna antes da reforma ou só é uma ilustração fakeana?

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fevereiro 8, 2011 em 10:11 pm

Vejo muitas fábulas sobre a Igreja sendo espalhada por aí, mas essa aí realmente me deixa com um pé atrás… A julgar a atitude que vemos por parte de algumas pessoas dentro da Igreja, não se pode duvidar de todo.

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Aline Michele

fevereiro 8, 2011 em 10:54 pm

Nossa Senhora já avisou que a apostasia viria do cume…

Israel TL

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fevereiro 9, 2011 em 1:24 am

Se prelados brasileiros de ontem e de hoje forem acrescentados a esta lista, caro Christiano, teremos umas belas surpresas e algumas páginas a mais. Meu diagnóstico: a abolição do ANATEMA SIT no Código de Direito Canônico, assinado por JP II, serviu de incentivo e sensação de impunidade a quem já tendia à pouca vergonha. É curioso o fato que depois do dia 28 de Outubro de 1958 alguns temas tão graves (satanismo, maçonaria, comunismo, etc) simplesmente sumiram de toda e qualquer pauta da alta hierarquia. Eu não acho que o Satanás está de férias e talvez algo mais dele tenha entrado na Igreja além de sua sulfúrica fumaça.

Pe. João Clemente Santiago

fevereiro 9, 2011 em 7:52 am

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Caríssimo Ricardo, creio que seja uma montagem qualquer usada pelo Tornielli. Creio que sequer se trata da capela Paulina. Um abraço.


fevereiro 9, 2011 em 8:12 am

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Para os descrentes de que o inacreditável pode acontecer de fato.

Aristóteles dizia, em outras palavras que é verossímil que a realidade se dê de maneira inverossímil.

O que está a margem da probabilidade produz-se, de tal maneira que também é provável, mas não em absoluto. A razão disso reside no fato de que o inverossímil também ocorre e, por isso, o próprio inverossímil também é verossímil, dentro de certos limites.

Conforme os tempos correm, vemos que certos fatos, antes apenas classificados como possíveis e/ou inacreditáveis, tornam-se prováveis e/ou possíveis.

Este é um tema que bole com a fé: o golpe de mestre de Satanás seria colocar um ovo de serpente no coração mesmo da Igreja.

O atordoamento brumoso que a “piedade” atual faz na inteligência do fiel, instilada pela neo-catolicidade, faz com que os olhos do coração se fechem.

Aqui & Agora o que antes era classificado como anátema e heresia, agora é abraçado com “sincero desejo de compreensão”, “mútuo entendimento e respeito”, “tolerância”, “caridade”, isto é, aquilo que era denunciado, corrigido ou expurgado é agora assimilado como – quando muito! – engano e desvio; merecendo todas as justificativas, razões, motivos e desculpas, o fiel flerta com o perigo de perder o juízo, dado os [tristes] exemplos que o sufocam.

Resumindo: o Demônio é ardiloso e fará tudo para, por inveja, fazer perder as almas nos abismos. Entre as artimanhas, nada mais natural do que cooptar adeptos dentro da própria Alta Hirarquia, e lá fazer, na alma de cada um, penetrar a sua sulfurosa fumaça pestífera, contaminando, de chofre, o cerne da Igreja.
Marcus Moreira Lassance Pimenta

fevereiro 9, 2011 em 1:09 pm

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Depois que o anatema sit saiu de férias o satan começou a trabalhar mais e mais.

Crisóstomo

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fevereiro 9, 2011 em 2:41 pm

Concordo com o Pe. João Clemente Santiago e o Marcus.

Vejam o que diz a MARIE-JULIE JAHENNY, ESTIGMATIZADA DE LA FRAUDAIS (+1941) nesse trabalho do prof. Fernando M. Gomide.

(…)
Mas ela aponta as causas de tal castigo: a apostasia na Igreja. Ela profetiza aquilo dito por Paulo VI em 1968 e 1969, respectivamente a “auto-demolição da Igreja” e a entrada “da fumaça de Satanás dentro da Igreja”. Eis seus oráculos:

“A Igreja será um sepulcro, um túmulo de silêncio e abandono… Preparai-vos a assistir aos funerais da Igreja, aos funerais do Calvário… Preparai-vos a assistir aos funerais da Sé do Centro, que treme sobre o abismo. Preparai-vos a assistir aos funerais daquele que é o sustentáculo da Igreja, daquele que tem em Seu poder todas as luzes pela sua autoridade de Santo Padre”.

“Ai dos pastores que abandonam o rebanho… Os discípulos que não são do Evangelho estarão em grandes trabalhos para refazer a seu talante e sob o empreendimento do inimigo, uma missa que encerrará palavras odiosas a Meu olhar”.

“Antes que chegue Meu reino de paz e ressurreição, é mister que Satã reine em plenitude, como um soberano”.

Acrescenta isto sobre a Igreja:

“Ela será entregue a todos os escândalos, a todas as profanações… o projeto dos inimigos da Igreja nesses dias, será elevar um grande barulho de suas vozes que saem de instrumentos que falam, esses instrumentos manejados pelos homens sujeitos ao poder do inferno. Serão espécies de músicas acompanhadas do canto mais ignóbil”.
(…)